Adosado a la parroquia de San Martín de Sorzano, en la fachada sur, vemos un edificio que contrasta con la construcción de la iglesia y donde hasta no hace mucho estuvo el ayuntamiento. Esto hay que quitarlo, decían los entendidos cuando se derribó el frontón viejo, se remodeló el ayuntamiento nuevo y se urbanizó la plaza.
¿Cómo? Ni se os ocurra, dijo el vecindario. No será un tesoro artístico, pero para nosotros es un tesoro sentimental, ha sido el centro cultural del pueblo, alrededor y dentro de él ha girado la historia de Sorzano.
Esta es la historia de este edificio. Como es natural no poseemos fotografías de aquellos lejanos tiempos, pero gracias a los documentos que se conservan y a la recreación que con sus dibujos nos ha hecho nuestro ilustre dibujante Juan Antonio Nobajas podemos ver cómo el edificio ha evolucionado a lo largo del tiempo.
En un principio y terminada la obra de la iglesia de Sorzano en el año 1538, como en todas las iglesias, orientado al sur y protegiendo la puerta principal, se construyó un pórtico. En la arquitectura religiosa el pórtico se identifica con la galería porticada conocida también como atrio. Se trata de un espacio a cubierto de la intemperie con grandes vanos, que precede al edificio al que se adosa.
Sobre este pórtico, en el año de 1716, se había construido un cuarto nuevo para guardar “la primicia”. Le costó a la iglesia esta obra 203 reales y 26 maravedíes. Este cuarto es el lugar donde está ubicada la actual biblioteca de la Asociación Amigos de Sorzano, anteriormente secretaría del Ayuntamiento.
La forma de ayudar a la Parroquia consistía en entregar la décima parte de toda la cosecha, en especie, tanto en grano, como en otros frutos y animales, nunca en dinero. Eso eran los llamados diezmos. Las primicias consistían en los primeros terneros, cabras, corderos, etc. y los primeros frutos. Todo esto, especialmente el trigo, se guardaba en algún local de la parroquia para posteriormente irlo vendiendo y así costear los gastos que se fuesen produciendo a lo largo del año.
En el caso de Sorzano el local ha sido siempre el que existía encima del pórtico, la llamada “Primicia”, que, al desaparecer esta forma de contribución a la Iglesia, en el siglo XIX, se convirtió en el Aula de Gramática regentada por D. Santiago Nobajas.
En el año 1744 D. Pedro Estefanía deja toda su fortuna en Sorzano para pagar a un maestro. Tiene lugar la Fundación de una Escuela Gratuita de Primeras Letras. Es la fundación más antigua de toda La Rioja de este tipo de escuelas.
Era necesario buscar un local donde dar las clases. El lugar elegido, aunque hoy casi no nos lo creamos, fue un rincón del pórtico de la iglesia. Justamente debajo de la Primicia, quitando un trozo al pórtico, entre los dos contrafuertes de la derecha, se hizo en 1744 una habitación que servía de escuela. En esto y en nada más consistía el edificio escolar; una sala donde dar la clase o escuela propiamente dicha. Sus medidas eran de 8 metros de larga y casi 4 metros de ancha (su superficie por lo tanto era de unos 30 metros cuadrados).
El pórtico era utilizado por los alumnos como lugar de espera, refugio y patio de recreo cuando hacía mal tiempo. Junto a la puerta de la escuela, a la izquierda del contrafuerte central del pórtico, estaba la puerta de la iglesia desde donde bajaba una escalera que llegaba hasta el cuerpo central de ella. En 1793 se cambia esta puerta a donde está ahora (aún queda la marca en el lugar primitivo), se hacen las escaleras actuales y se construye el portal y puertas de abajo.
En 1857 (se dice en los libros de la iglesia)”… se derribó la parte del pórtico, que antes fue escuela, cuya pared desplomada estaba ruinosa, asegurando la bóveda de la que fue primicia y entonces Escuela de Gramática con una buena madera que dio el Ayuntamiento y se enlosó el suelo como se hizo en 1856 con lo demás y quedó uniforme todo el pórtico”.
Esto nos dice que la escuela se había trasladado para entonces de su lugar original. Pero ¿a dónde? Suponemos casi con toda certeza que, a la parte superior del pórtico, junto a la Escuela de Gramática, en la parte llamada en aquel entonces “la solana”. Esto podría haber ocurrido hacia 1833 y mejoraría un poco la escuela. En ese año comienzan a desaparecer los diezmos y primicias que se entregaban a las iglesias, afectando también esta orden a la iglesia de Sorzano. El edificio de “la primicia” sería ocupado por la Escuela de Gramática de D. Santiago Nobajas y la escuela de primeras letras ocuparía “la solana”. Ahí seguía todavía en el año 1882 pues el Ayuntamiento en sesión de once de noviembre de ese año reconoce “…que este pueblo de muy escasos recursos por su corto vecindario y mal terreno, ha venido haciendo inútiles esfuerzos para mejorar el local destinado a escuela pública, que es una simple galería arrimada a la pared de la iglesia por el mediodía y privada por tal motivo de la ventilación por el norte, sin luces, sin el menaje y enseres propios para la comodidad de los niños y de la buena enseñanza, sin ninguna condición higiénica…”
El edificio de la Escuela, como era público y notorio, seguía en estado de ruina total. Ante tal situación los niños no podían asistir a clase por temor a que ocurriera una desgracia. D. Manuel Pascual Pavía se ofrece a reparar el edificio con la condición de que la escuela se haga en el mismo sitio en el que siempre estuvo por ser el local donde él recibió la primera enseñanza:
Por el regidor síndico D. Ignacio Pavía se hizo presente que la Escuela de niños de esta localidad, como a todos constaba, se encontraba en estado ruinoso y que de ninguna manera podía consentirse la asistencia de los niños a la misma por las desgracias que pudieran ocurrir, pero que habiéndole manifestado D. Manuel Pascual Pavía, cura párroco de San Sebastián de Madrid e hijo de esta Villa que el Ayuntamiento le ayudaba con una subvención de quinientas pesetas, el dicho Señor por su parte hará la reparación necesaria con la condición de que la escuela se ha de hacer en el mismo sitio en que hoy está porque tiene el gusto de que subsista el local donde él recibió la primera enseñanza, mejorándolo en todo lo posible pero sin variar en nada su primitivo carácter.
La escuela siguió ocupando el piso situado encima del pórtico hasta el año 1.922. Ese año la escuela se trasladó y estrenó el nuevo edificio situado en El Prado lugar donde actualmente se encuentra. El lugar dejado por la escuela fue ocupado por el ayuntamiento municipal, se colocó la placa de Casa Consistorial, se eliminó uno de los arcos del pórtico y se puso una puerta y se sustituyó una de sus ventanas por un balcón.
En el año 2.015, al urbanizar la plaza, se quitó el balcón, se lució la fachada y el edificio quedó como podemos verlo en la actualidad.
Gregorio Remírez
Aquí podéis escuchar el audio de Ester R. Bazo y Roberto Adrián