Consta de una nave de dos tramos, crucero y cabecera ochavada. Las bóvedas son de crucería estrellada. Tiene dos accesos, uno frente al otro.
Destaca la lámpara de la Iglesia que antiguamente permanecía siempre encendida. Fué donada en 1728, por D. José Estefanía, natural de Sorzano.
Destacar el retablo romanista, atribuible a Juan Fernández de Vallejo, después de que por desavenencias dejó de trabajar con Pedro de Arbulo en el año 1571.
En este retablo podemos apreciar los cuatro tondos del banco que representan a los cuatro evangelistas y son típicos los otros dos que acompañan en los laterales para suplir la falta de altura a la imagen preferente central de San Martín, y el encuadre de la Asunción-Coronación en el centro del segundo piso. Lo corona un conjunto de imágenes.